La obra Ña Catita, escrita por el dramaturgo peruano Manuel Ascencio Segura, es una comedia costumbrista estrenada en 1845. Es considerada una de las obras más representativas del teatro peruano del siglo XIX y un clásico de la literatura costumbrista. Su principal objetivo es retratar, de manera humorística, la sociedad limeña de la época, con especial énfasis en los valores, tradiciones y costumbres de las familias criollas.
La historia se desarrolla en Lima y gira en torno a los enredos y conflictos amorosos de una familia típica. Ña Catita es una mujer chismosa y entrometida que se convierte en la casamentera de la familia de Doña Rufina. Doña Rufina quiere casar a su hija Juliana con Don Alejo, un hombre mayor pero rico, pensando en asegurar el futuro económico de su hija.
Sin embargo, Juliana está enamorada de Manuel, un joven honesto pero sin fortuna. Ña Catita, con su astucia, intenta manipular las situaciones para favorecer los intereses de Doña Rufina, pero sus planes comienzan a desmoronarse cuando los jóvenes enamorados luchan por su amor con la ayuda de otros personajes.
Finalmente, el amor verdadero triunfa y Juliana termina con Manuel, dejando en evidencia las intrigas y errores de Ña Catita y mostrando el contraste entre el interés material y los sentimientos genuinos.
La obra Ña Catita, escrita por el dramaturgo peruano Manuel Ascencio Segura, es una comedia costumbrista estrenada en 1845. Es considerada una de las obras más representativas del teatro peruano del siglo XIX y un clásico de la literatura costumbrista. Su principal objetivo es retratar, de manera humorística, la sociedad limeña de la época, con especial énfasis en los valores, tradiciones y costumbres de las familias criollas.
La historia se desarrolla en Lima y gira en torno a los enredos y conflictos amorosos de una familia típica. Ña Catita es una mujer chismosa y entrometida que se convierte en la casamentera de la familia de Doña Rufina. Doña Rufina quiere casar a su hija Juliana con Don Alejo, un hombre mayor pero rico, pensando en asegurar el futuro económico de su hija.
Sin embargo, Juliana está enamorada de Manuel, un joven honesto pero sin fortuna. Ña Catita, con su astucia, intenta manipular las situaciones para favorecer los intereses de Doña Rufina, pero sus planes comienzan a desmoronarse cuando los jóvenes enamorados luchan por su amor con la ayuda de otros personajes.
Finalmente, el amor verdadero triunfa y Juliana termina con Manuel, dejando en evidencia las intrigas y errores de Ña Catita y mostrando el contraste entre el interés material y los sentimientos genuinos.